¿Cuánto hemos obtenido de lo que hemos deseado?, ¿cuánto hemos logrado de las metas que hemos planeado?, ¿cuántos resultados se han concretado?. Algunos de estos deseos, planes o metas se han hecho realidad, sin embargo, hay algunos pendientes en el tintero.
¿Cómo te has sentido cuando te has quedado en el intento o a la mitad del camino, o bien cuando estás a punto de alcanzar tu meta y esta se diluye como agua entre tus manos?, ¿qué emociones experimentas cuando el objetivo está frente a ti y el objetivo se rompe como una pompa de jabón?. A este proceso se le llama frustración, el cuál es un sentimiento de no lograr lo que anhelas. La frustración no es el problema, ya que se puede convertir en fuerza para intentarlo otra vez; el problema aparece cuando somos incompetentes para tolerar la frustración.
Tolerar es aceptar a partir de la comprensión las circunstancias que estoy pasando. Cuando acepto que solo por ese momento no he realizado mis sueños, estoy convirtiendo la frustración en fortaleza que me impulsa con nuevos bríos y estos me permiten ser tolerante ante la frustración.
La tolerancia me libera poco a poco de la frustración proporcionándome un descanso interior, dando paso a la aceptación de los hechos y dejando atrás la negación. Esto hace que fluya mi creatividad, vislumbrando nuevas posibilidades e implementando otra estratégia que me permita, ahora sí, lograr la meta que he imaginado.
¿Cómo te has sentido cuando te has quedado en el intento o a la mitad del camino, o bien cuando estás a punto de alcanzar tu meta y esta se diluye como agua entre tus manos?, ¿qué emociones experimentas cuando el objetivo está frente a ti y el objetivo se rompe como una pompa de jabón?. A este proceso se le llama frustración, el cuál es un sentimiento de no lograr lo que anhelas. La frustración no es el problema, ya que se puede convertir en fuerza para intentarlo otra vez; el problema aparece cuando somos incompetentes para tolerar la frustración.
Tolerar es aceptar a partir de la comprensión las circunstancias que estoy pasando. Cuando acepto que solo por ese momento no he realizado mis sueños, estoy convirtiendo la frustración en fortaleza que me impulsa con nuevos bríos y estos me permiten ser tolerante ante la frustración.
La tolerancia me libera poco a poco de la frustración proporcionándome un descanso interior, dando paso a la aceptación de los hechos y dejando atrás la negación. Esto hace que fluya mi creatividad, vislumbrando nuevas posibilidades e implementando otra estratégia que me permita, ahora sí, lograr la meta que he imaginado.