Una de las creencias más poderosas que existen es creer en sí mismo. La persona que se tiene fe, que confía en sus talentos y virtudes, que reconoce logros y metas, también puede reconocer sus limitaciones, las cuales, se pueden resolver a través de la autoconfianza.
Quién se tiene fe se valora, se respeta y se acepta. La persona que se tiene confianza sabe lo que quiere sin dudarlo, domina sus miedos, reconoce que puede haber obstáculos en el camino, sin embargo nada lo detendrá porque su atención está fija en sus objetivos y metas.
La identidad hacia la creencia de tenerse fe y confianza hace que la persona se sienta empoderada, capaz y valiosa; además aprende a motivarse a sí misma y su vida siempre tiene sentido y una dirección bien definida, se entusiasma y nunca pierde el ánimo.
Quién se tiene fe se valora, se respeta y se acepta. La persona que se tiene confianza sabe lo que quiere sin dudarlo, domina sus miedos, reconoce que puede haber obstáculos en el camino, sin embargo nada lo detendrá porque su atención está fija en sus objetivos y metas.
La identidad hacia la creencia de tenerse fe y confianza hace que la persona se sienta empoderada, capaz y valiosa; además aprende a motivarse a sí misma y su vida siempre tiene sentido y una dirección bien definida, se entusiasma y nunca pierde el ánimo.